Ayer por la noche tuvimos el gran placer de cocinar para Sensei, Noriko y todos los Uchi-Deshi, en total nos sentamos en la mesa 11 personas. Por la tarde tuvimos clase con Ruth y con sensei Yamada, la primera enfocada a técnicas ante ataque de yokomenuchi y la clase de sensei trabajo de ushiro rio katatetori, koshinage, shihonage, iriminage, ikkio y nikkio, clase muy completa.
Cuando finalizamos las dos clases, subimos a cocinar, todavía quedaba una clase por impartir pero si entrabamos en ella, no nos daba tiempo a prepar la cena. La última clase la impartia Sensei Douglas, un 6* DAN, que en su día estuvo varios años de Uchi-Deshi, un hombre alegre que imparte sus clases haciendo bromas y repartiendo leña, una combinación diferente pero siempre que se reparta leña está perfecto.
Intentamos realizar una comida típica española, nos apañamos como pudimos ya que aquí en el super no puedes encontrar, lógicamente, todo lo que hay en España, chorizo, longanizas, 2 tortillas de patata, jaranga (comida típica de valencia que no podia faltar),verduras, gambas al ajillo, jamón y queso y para beber, por supuesto, sangría. De todo lo que pusimos en la mesa no sobró nada, ni un pedazo de fruta de la sangria, todos nos felicitaron por la comida y sobre todo Sensei y Noriko, que alegría, todo el mundo habia disfrutado de la cena, noche perfecta.
Por la mañana a las 4:45 en pie, cuando salimos al comedor a lavarnos los dientes, Sensei ya estaba sentado en su despacho, con una sonrisa, nos ha ofrecido a Diego y a mi un café. Aquí en Manhattan y en general en USA no puedes desaprovechar un buen expresso, aquí el café no es como en Europa y encima si te lo ofrece Sensei, menos todavía.
Una vez bebido el café a limpiar, como viene siendo habitual limpieza de vestuario hombres, luego a desayunar y a prepararnos para la primera clase, Sensei Yamada Shihan, para empezar el día al mil por mil.
Las clases de sensei empiezan como en los seminarios, unos pocos ejercicios de respiración y al lio. Hoy Sensei me ha dado uno de los regalos mas grandes que se le pueden dar a un practicante principiante de aikido como yo, me ha sacado de uke en la primera técnica que ha mostrado. La verdad es que me he puesto muy nervioso, he ido a muerte y sin contemplaciones y me ha abatido, creo que esa es la palabra correcta, abatido. Cuando el Sensei o instructor muestra una técnica, no hay que ir a muerte, como bien he dicho, está "mostrando", hay que entrar relajado, con decisión pero sin agresividad o locura, hoy me he dado cuenta, una lección más. Debería haber entrado más tranquilo pero no he podido, he querido estar a la altura pero uno no puede medir 1,80 cm cuando mide 1,70, es imposible, hay que esperara a crecer mas, en fin, que sea como sea para mi ha sido un regalo y un privilegio.
La clase la he compartido con Steve Primsley Shihan, Director del New York Aikikai, un hombre que a sus 63 años recien cumplidos me ha dado un palizón, tal y como suena, me ha destrozado. Jamás creí en lo que me ha pasado hoy, he ido a muerte y me ha consumido toda la energía, no se como lo ha hecho pero ahora entiendo porqué es el director de este dojo, gran lección la que me ha mostrado, el aikido mejora con la práctica, mejora con los años como el vino, mil gracias Sensei Steve.
Para que os hagais una idea de como he finalizado la clase, os diré que le he pedido plegar su hakama, he tardado 30 minutos, no podia plegarla de lo cansado que estaba, sin aliento ni energía, sudando a mares hasta que al final lo he conseguido. Despues de entregársela he subido a la habitación y me he tumbado directamente en el colchón, he caido muerto y me he dormido, abatido.
Solo me quedan 2 semanas para mi vuelta, entrenar, disfrutar y aprender, esa es mi misión aquí.
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